¿Oportuno…u…  oportunista?

NERVIS NAVA – EL CANDIL – AÑO IV – N° 168.

“No hay segundas oportunidades en la vida, excepto para sentir remordimientos”

 Carlos Ruiz Zafn

Se habla de la “oportunidad” como la circunstancia, el momento o el medio indicado para realizar algo y obtener un efecto deseado; así como que “oportuno” viene a ser quien actúa o lo que se hace o sucede en ese tiempo, momento o medio indicado a propósito y cuando conviene; no obstante, se sabe que existen a pesar de las definiciones, las personas que con toda habilidad se acomodan a las circunstancias para obtener beneficio propio en todo momento.

El “oportunismo” es una forma específica de responder a las oportunidades, lo cual implica priorizar el interés propio sin considerar principios éticos relevantes, para lograr ciertas metas o para resolver preocupaciones compartidas; conociéndose ese tipo de personas como “oportunistas” aprovechadas, acomodaticias; personas interesadas que utilizan a los demás para obtener un fin propio, y que cuando son necesitados, nunca suelen estar presentes, porque sus intereses siempre serán lo primero, estando a mucha distancia de los demás, y es cierto que todos conocemos al menos una persona con esa característica, dentro o fuera del círculo de amistades o familiar.

En esa actitud de “oportunista” está implícita la escala de valores,  y aunque cada persona es un mundo, lo cierto es que ese tipo de personas comparten una serie de características, entre la que destaca que sean en extremo absorbentes, y una vez que contactan con la persona de quien desean obtener un beneficio, pasan muchas horas con ella, y para el otro, generalmente  todo pasa de forma inadvertida, y es así como una persona con muy pocos valores, se maneja habilidosamente al  momento de querer obtener algo, sin detenerse en los medios.

“Los problemas, son oportunidades con espinas”

Huhg Miller

Otra característica que identifica esas personas es que actúan de forma complaciente y manipuladora, pretendiendo con ello ganar la confianza generando con ello una sensación de deuda, así pueden celebrar todas las gracias y responder rápidamente a peticiones, para lentamente lograr el control de la manipulación y obtener su propósito; logrando que el otro haga algo que ellas necesitan sin que el otro ni se entere cómo lo hizo, y fue gracias a través de la manipulación, el victimismo y el chantaje, porque esa actitud es quien la lleva a su objetivo.

Ahora bien, al establecer una relación entre la oportunidad y los valores, se pueden considerar los “oportunistas” con una ausencia de los mismos, por cuanto para ellos, existe poca claridad en cuanto a sentir respeto, consideración o solidaridad por su entorno, ya que su único objetivo es alcanzar sus fines sin que para ello tenga alguna consideración hacia sus semejantes, y bajo esa perspectiva procede, teniendo comportamientos o actitudes que parecieran muy de la normal cotidianidad.

Debemos intuir igualmente que la ética y la moral que son algunos de los parámetros que conducen la vida del ser humano, con principios y convicciones profundas, actuar de forma discordante, no les genere incomodidad o angustia alguna, por haber actuado de forma “oportunista”, tal el caso muy común visto en la actitud en la gran mayoría de quienes se dedican a la vida política, en quienes se puede ver una actitud totalmente de desvergüenza.

Si bien es cierto y de extrema importancia, que como seres humanos practiquemos la tolerancia, intentando comprender y aceptar la actitud de otras personas, en lugar de utilizar la censura, no practicar una actitud “oportunista” como parte de nuestra conducta, puede generarnos mejores relaciones humanas.

“Suerte es lo que sucede cuando la preparación se encuentra con la oportunidad”

Séneca

Así tenemos que lo oportuno es lo que sucede en el momento adecuado y favorable, cuando las circunstancias no presentan ninguna adversidad, sino todo lo contrario, son las indicadas para tener los resultados esperados. De allí la importancia de ser cautelosos en nuestro diario vivir, igualmente mantener una actitud vigilante para como dicen “no adelantarnos, pero tampoco atrasarnos”, sabiendo esperar el momento oportuno para decir o hacer algo, siendo fundamental para el éxito en cualquier circunstancia; algo muy prudente sobre todo en momentos de realizarse un chequeo médico, por ejemplo.

¿A qué nos referimos con ser “oportuno”…?  Simplemente al hecho de tener la capacidad de poder expresarnos y actuar en el tiempo, lugar o  circunstancia conveniente, sin atropellar a otros, sabiendo manejar y respetar los límites, incluyendo los de la tolerancia por parte de la otra persona; así se dice que una “persona oportuna” hace o dice algo conveniente en la circunstancia adecuada, siendo coherente tanto en sus palabras, acciones y actitudes.

Si entendiéramos mejor, que para todo hay un tiempo oportuno, porque en esta vida todo tiene su momento, asumiríamos mejor que lo que hoy estamos viviendo es oportuno para esta época de nuestra vida porque Dios tiene todo bajo su cuidado. Pero lamentablemente, como dicen: hay de todo en la viña del Señor; hay personas que son bastante inoportunas, porque no saben más que ser desatinados con la palabra, con la presencia, con los comentarios, con los silencios… De una forma u otra, demuestran no saber reaccionar con sensatez y sentido común ante las distintas situaciones que nos ocurren en la vida y en las relaciones humanas, por eso decimos que “desentona” porque no sabe ser oportuno en el momento exacto en el que vive.

“En medio de la dificultad, reside la oportunidad”

Albert Einstein

Regularmente, es común notar que las personas educadas y sensatas “saben estar”, no “desentonan”, no son ni mal educados ni egoístas. Lógicamente para ser una persona oportuna hace falta tener un buen nivel de madurez personal. Normalmente los niños son inoportunos al igual que los adultos que son inmaduros. Para ser “oportuno”, no solo debemos mantener una buena escala de valores, sino desarrollar el sentido de la reflexión antes de hacer o decir las cosas. Tenemos que aprender a recapacitar las cosas que hacemos o queremos hacer. Debemos tratar de concientizar sobre qué hacemos o decimos, antes de juzgar al otro, y analizar nuestros pasos antes de cuestionar o tratar de manipular a demás para alcanzar algún objetivo; y  velar por el especial cuidado de no  caer en  “oportunismos”, ya que a todas luces es una actitud que deteriora las relaciones, familiares, amistosas, laborales y de toda índole.

La vida está llena de obstáculos y oportunidades, está en nuestras manos superar los retos y aprovechar en el buen sentido de la palabra, todo lo que el universo tiende a ofrecernos y como expresó Nelson Mandela …”Todo parece imposible hasta que se hace”, cita para recordar que somos capaces de lo que nos propongamos con esfuerzo, dedicación y paciencia. ¡HASTA UNA NUEVA OPORTUNIDAD!


Nervis Nava
Nervis Nava

Escritora especializada en temas de desarrollo personal, autoayuda, virtudes y valores humanos positivos. Venezolana, del estado Zulia, defensora de la libertad, la república, la propiedad privada y el estado de derecho.  

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