ÁNGEL ALBERTO BELLORÍN – EL CANDIL – AÑO IV – N° 197.-
«No es un preso político…Ni un político preso. ¡Es un verdadero soldado de honor!»
Sin perder el norte de lo importante y entender realmente el verdadero problema, debo aclarar que para quién suscribe, el Teniente Coronel Igbert Marín Chaparro, un muy joven militar desconocido hasta hace poco, ya es un emblema viviente del verdadero mérito dentro de un Ejército Venezolano sin brújula ni GPS que le indique el camino de la moralidad.
El oficial graduado de número uno de su promoción, portando la máxima y envidiada jerarquía de Alférez Mayor, no se dejó embaucar en nuestra Academia Militar por los «pretendidos sueños azules» ni los «ajustes» que le hicieron a nuestro código de honor, y egresó con honores, manteniendo en su espíritu preciados valores que en estos momentos en auge del pragmático «vale todo» sólo sería entendido por todos aquellos que allí nos graduamos y sin hipocresía los asimilamos como códigos de vida personal y profesional.
A pesar del inclemente bombardeo de años de destrucción moral, y de tentaciones siempre presentes para una gran mayoría de militares sumisos y oportunistas, Marín Chaparro se erigió en un valiente profesional militar con tanto mérito y dignidad, (eso que se llama auctoritas), que se convirtió en un emblema aislado pero peligroso para aquello que el comunismo detesta y aborrece, el verdadero liderazgo militar.
Sus verdugos no son políticos de oficio, ni el Tcnel, hoy en desgracia incursionó en la política; son esa mayoría de compañeros uniformados que no tienen mérito para mostrar y la única forma de surgir es apagar las luces que emanan de los pocos dignos que puedan quedar. Su delito es mantenerse fiel a la verdad y a los principios de moralidad que deben adornar al verdadero militar profesional. No olvidemos que, en tiempos de revolución de la mentira, decir la verdad es traición.
Lamentablemente para Venezuela y gran parte del mundo en estos momentos política y dignidad son conceptos antagónicos y hasta divergentes.
Igbert Marín Chaparro está preso por ser un verdadero militar con honor, por tal razón aquellos militares que nunca entendieron el significado de esa palabrita…honor, se encandilan con su brillo y a la primera oportunidad y desde la oscuridad que los envuelve, disparan a matar. Esos indignos de portar el deshonrado uniforme con opacas estrellas y soles de inmerecidos grados, son sus verdugos; los que callan y aceptan tal cobardía, son sus cómplices. Esa es la verdad verdadera.
Tanto para el Chavismo como para la oposición y en general a la gran mayoría de partidos políticos y una sociedad enferma de mediocridad y de bochinche, los militares con verdadera dignidad son un problema, ya que como el pasodoble esa condición ni se compra ni se vende.
Así pretendidos intelectuales, cantidades de militarólogos de oficio y los medios en su inmensa mayoría lo sigan ignorando y endulzando esa realidad generalmente oculta en el secretismo institucional e intereses políticos, siempre ha sido así.
En ese pantano de complicidades, los mediocres uniformados que han alcanzado grados arrastrándose, entregan en bandeja de plata la cabeza de los pocos dignos que fácilmente se detectan.
Ese es el verdadero problema, la dignidad genera una luz qué por más que se quiera no puede esconderse. Quien crea que logre hacerlo en verdad y definitivamente nunca la tuvo. La dignidad es imposible de ocultar y menos en tiempo de tanta oscuridad. Ese fue el verdadero delito de Igbert Marín Chaparro.
Los diferentes casos de los militares presos, la inconstitucional actuación de la mal llamada justicia militar y el silencio de la pretendida oposición ante la realidad militar, ha sido motivo de muchos de mis ignorados escritos y opiniones desde hace más de 30 años.
Hoy, sólo me atrevo a solicitarle al padre de ese joven militar, mi superior Coronel Marín Atencio, que le ruegue a su hijo finalice su huelga de hambre y siga resistiendo en vida que solo a los militares dignos nos interesa que existan jóvenes militares como el, necesarios para un futuro no tan lejano. Si muere en su cruzada se encargarán de olvidarlo más rápido que a Franklin Brito.
Para finalizar y visualizar la tragedia militar, sólo me permitiré compartir este pequeño párrafo que escribió esta mañana mi amigo el Teniente Coronel retirado Gustavo Villegas Julien.
Cito:
«En la mañana de hoy 5 de enero. envié un Tweet a Guiado en su carácter de presidente interino y Comandante en Jefe de las FF.AA.NN, pidiéndole que haga algo para salvarle la vida al Tcnel Martín Chaparro, un venezolano, preso político e hijo del Señor Cnel Marín Atencio. Le pedí que se comunicara por cualquier medio con @mBachelet, con @Antonio Guterrez, con el papa Francisco, con la OTAN; pero que haga algo y lo comunique a los venezolanos y al mundo, pero que haga el esfuerzo para que ese joven oficial no muera. Si no actúa, ningún soldado se va arriesgar en seguirlo y defenderlo, porque «llamarse jefe para no serlo, es el colmo de la miseria».A mis compañeros de armas, pido por amor a Dios, que hagamos algo a través de las redes sociales se entere una vez más Venezuela y el mundo de la violación del derecho a la vida.»
Fin de la cita!