ALFONSO MARTÍNEZ LEMUS – EL CANDIL – AÑO VI – N° 272.-
Quizás muchos de ustedes hayan visto una película titulada EL RESCATE, sobre el secuestro del hijo de un multimillonario y la petición por su rescate.
Durante la primera parte de esta película los secuestradores manipulan a voluntad a los padres del niño con la amenaza de su muerte. Pero en un momento dado el padre del niño, Tom Mullen, interpretado por Mel Gibson cambia de estrategia contra los secuestradores lanzando este célebre comunicado por la televisión.
“Jamás se te pagará un rescate por mi hijo. Ni un dólar, ni un centavo. En su lugar ofrezco ese dinero como recompensa por tu cabeza. Vivo o muerto, es igual. Te has convertido en un billete de lotería de dos millones de dólares y la probabilidad de ganar es enorme.”
En estos momentos vivimos una situación similar en Venezuela, pero en este caso es el pueblo de Venezuela que no quiere seguir pagando un rescate a sus secuestradores por miedo a ser afamado, perseguido, exilado y condenado a torturas y prisión.
El pueblo de Venezuela está gritando como lo hizo Tom Muller, si tengo que sufrir que sea por mi libertad y le pongo precio a la cabeza de mis secuestradores. Pero un precio que no va a ser pagado en ninguna divisa, será pagado este domingo en votos y en la defensa de esos votos.
En la película la declaración del padre del niño produjo de inmediato pánico, desconfianza y fractura entre el grupo de secuestradores. Igualmente, esta decisión del pueblo de Venezuela está produciendo el mismo efecto dentro de lo que queda del chavismo.
Para muestra un botón, cada vez más se filtra información de los supuestos milicianos llamados a defender la revolución, como un evidente signo de una implosión de esas milicias que no son tan fieles a Maduro, como lo gritan con el puño levantado.
Otra muestra evidente de la desesperación que invade a los dirigentes del chavismo es la deportación masiva de observadores internacionales invitados por la oposición violando todos los derechos de estas personas y en evidente irrespeto de los acuerdos firmados sobre la realización de elecciones transparentes y limpias.
Como lo gritó en el avión donde la deportaban desde Maiquetía, publicado en su twitter, la diputada colombiana Claudia Lopez Hernández, que venía como observadora invitada por la oposición, “Este país va a volver a ser libre, no se preocupen. Así estarán de aculillados que nos sacan deportados, este régimen se acaba el domingo”
Esta deportación no ocurrió en forma aislada igual hicieron con los diputados españoles del Partido Popular y con la interdicción de vuelo de un avión de COPA, bajo amenaza de expropiar el avión si penetraba en el territorio de Venezuela, que llevaba como pasajeros a varios diplomáticos y expresidentes latinoamericanos como observadores invitados por la oposición venezolana.
Afortunadamente, el principal garante de su voto es el mismo pueblo que le puso precio a la cabeza del régimen y no pueden deportar a los millones de venezolanos que irán a votar y están dispuestos a defender su voto.
Si. Como en la película EL RESCATE, luego de esa declaración valiente del padre del niño, el miedo cambió de bando. Igualmente, en Venezuela después de ver en forma multitudinaria el deseo de libertad en cada caserío, pueblo o ciudad, el miedo también cambió de bando porque los venezolanos al fin entendimos que nuestra libertad no depende de ninguna nación extrajera. Que esto es un problema entre venezolanos y que solo nosotros somos los únicos dueños de nuestra libertad y queremos recuperarla este domingo.
¡VIVA VENEZUELA LIBRE!
Alfonso Martínez Lemus
Es Ingeniero Químico graduado en “École Centrale Marseille” y “St Jerome High School en Paul Cézanne University – Francia. Articulista.