NERVIS NAVA – EL CANDIL – AÑO V – N° 222.-
Indudablemente el pueblo venezolano es altamente emotivo, sus acciones y decisiones en los diferentes aspectos, van unidas y guiadas a sus emociones, y gran parte de esa emocionalidad podría considerarse responsable de la actual situación que vive el país; considerando el hecho de que cuando las personas no canalizan inteligentemente sus emociones, se tiene como producto la toma de decisiones erráticas, sobre todo en situaciones que involucran un alto índice de personas; como por ejemplo seleccionar personas para ejercer cargos en diferentes circunstancias, dirigir el país, o cargos de dirigencia pública, incluyendo hasta una junta de condominio; porque las emociones impiden tener una “objetividad” clara en la selección de lo que pudiera ser más conveniente e implique generar mejores beneficios.
“Uno de nosotros será el próximo presidente y aquel que sea electo dejará una huella imborrable, porque marcará con su presencia, con su experiencia, con sus intenciones, con su capacidad para unir o desunir a los venezolanos, todo lo que va a ocurrir en Venezuela en los próximos quince años” Dr. Henrique Salas Romer, 1998
Esto es historia, y fue una sentencia en la cual el Dr. Henrique Salas Romer, se quedó corto, pero la emocionalidad del venezolano “común”, estaba en ese momento, a un porcentaje demasiado elevado, sintiéndose por decir “harto” de los partidos tradicionales que hasta ese momento AD y COPEI habían tenido una alternancia del poder, creyendo que la situación habría de cambiar para mejorar sustancialmente sus vidas, sin embargo, esa emocionalidad no permitió ser objetivos en la selección, con el nefasto resultados ya conocido por todos. Se debe tener muy claro lo que se debe hacer en cada momento, cómo controlar las emociones, cuál es la objetividad de las decisiones que se toman en individual y en colectivo, porque cada cual debe tener claro lo que hace para obtener un resultado óptimo de las circunstancias que se definen.
“Si gana el chavismo, tendrán un gobierno de delincuentes que acabará con el país”Carlos Andrés Pérez, 1998
Si algo debe estar claro es que el estrato social que siempre ha decidido los resultados electorales, es el sector más vulnerable económicamente, y es por ello que las campañas electorales siempre han estado plagadas de populismo, y demagogia, siendo así que en lenguaje común, siempre ha ganado el que ofrece más, y presenta mejores ofertas para beneficiar a ese sector en cuanto a educación, salud y vivienda se refiere.
Otro aspecto que utilizan los políticos para atraer las voluntades y simpatía en procesos electorales son frases o “slogans” que mueven las fibras emocionales de la gente relacionadas con el amor al país, para que ellos se sientan identificados con el candidato, como “Fuerza y Fé”, “Hay un Camino”, “Vamos a encontrarnos”“Vamos bien”, y lo último “Hasta el Final”, expresiones que tocan el sentimiento de los electores, haciendo renacer una esperanza donde las cosas pudieran ser diferentes.
Es así como después de la fatal decisión de la elección de 1998, que no fue decisión del mayor porcentaje del padrón electoral, ya que la mayoría de los venezolanos, fueron apáticos a la participación de elecciones, porque quizás a exprofeso el evento electoral era realizado en vacaciones navideñas, y en esa época mucha gente se ausentaba de su residencia habitual, también otro hecho fue que la gente no se sentía atraída a participar de las elecciones, y fue así como se llegó al grave error cometido, y que ha generado que a través de los últimos veinticinco años, una Venezuela convertida en un país de miseria, por los desaciertos dominados por la “emocionalidad” en cuanto a la selección de personas con no muy buenas credenciales académicas y morales para la administración, conducción y representación de las autoridades del país.
“Si los venezolanos nos dejamos alucinar por un demagogo con el talento de despertar odio y atizar atavismos de violencia, no entraremos el próximo año al siglo 21, retornaremos al siglo 20 o a lo peor del siglo 19” Jorge Olavarría, 1999
Todo esto es historia, una historia que en el transcurso de todos estos años, se ha escrito podríamos decir, con “sangre, sudor y lágrimas” a fuerza de borrarnos nuestra historia original, para intentar insertar en la memoria de las nuevas generaciones una nueva historia llena de ilusiones que no han sido otra cosa que decepciones, ruina y miseria, donde una gran parte de la población ha tenido que emigrar horrorizada ante tanta miseria y destrucción.
“Si gana Chávez, habrá una dictadura, no habrá estado de derecho a la expresión, y las cárceles se abrirán para los que no estén de acuerdo con su gobierno” Carlos Andrés Pérez
Estamos en unos tiempos que posiblemente se presente un nuevo proceso electoral, y donde la tónica no difiere mucho de las anteriores, y en nombre de la Fé y la Esperanza de un país, los personajes se encuentran en una “rebatiña” donde cada cual especula como en anteriores momentos con una oferta de que “Hay un camino”, y no terminan de ponerse de acuerdo en quién puede ser el más idóneo para terminar con el período de hambre y miseria en el que se encuentra Venezuela, enfrentando en unas eventuales elecciones a un régimen, amoral, ilegal, ilegítimo, pues ellos opinan que la batalla que se pierde es la que no se intenta; y aunque las circunstancias son totalmente adversas, la idea es que el único camino es “electoral”.
Continúa como siempre imperando la “emocionalidad” dentro de una población, que se mantiene cual equino listo para una partida, con sus gríngolas colocadas de tal manera de no escuchar sino frases bonitas y cantos de sirenas, esperando que en esta oportunidad si se será la vencida., y cambiará de esta forma la historia.
¡Hasta una nueva oportunidad!
Nervis Nava
Escritora especializada en investigación y divulgación de temas asociados al desarrollo personal, de autoayuda, virtudes y valores humanos positivos. Venezolana, del estado Zulia, defensora de la libertad, la república, la propiedad privada y el estado de derecho.
En las decisiones políticas hay que pensar con la cabeza y no con el corazón, cosa muy difícil para la mayoría.
Gracias…..