Venezuela: Política petrolera del nuevo poder

FREDDY RIERA – EL CANDIL – AÑO VI – N° 266.-


A continuación, estaré presentando un ejercicio teórico exploratorio para conceptualizar algunas ideas generales sobre la política petrolera que podría adoptar el próximo gobierno de unidad nacional, bajo un sistema de economía liberal.

Premisa inicial: El sistema económico del nuevo gobierno estará basado en la filosofía del modelo capitalista liberal.

Característica principal: Mínima intervención estatal en la actividad económica. La producción de bienes y servicios recae casi exclusivamente en el sector privado.

El sistema liberal confiere al sector privado la responsabilidad total de la planificación y realización de la producción de bienes y servicios.

PDVSA y la intervención estatal:

La actividad petrolera en Venezuela fue desarrollada desde la época gomecista por el sector privado, con fuertes inversiones del capital extranjero, pero, al tomar los comunistas el poder-autodenominados como demócratas- a partir del año 1958, se inicia de inmediato el proceso de estatización mediante leyes que poco a poco fueron allanando el camino para la nacionalización, lo cual se materializó el 01 de enero del año 1976 con la creación de un consorcio estatal llamado PDVSA, demostración inequívoca del carácter intervencionista del estado, característica propia de los sistemas comunistas.

Nuevo sistema, nueva era: privatización del sector petrolero:

Con el nuevo poder, la actividad industrial medular volverá a sus orígenes; será nuevamente responsabilidad del sector privado.

Obviamente, PDVSA y sus activos son propiedad del estado venezolano, así que, el nuevo presidente constitucional podrá nombrar una nueva junta directiva, con una nueva estructura organizacional, y nuevos objetivos, acordes al enfoque liberal.

Conocemos que las condiciones actuales de las instalaciones de PDVSA en todas sus locaciones son totalmente deplorables y ruinosas.

Muchas de sus propiedades fueron destruidas o saqueadas en su totalidad. Se desconoce con exactitud el nivel del daño patrimonial causado a la nación en lo que corresponde a activos fijos. Es inestimable; no disponemos de un instrumento metodológico para medirlo. Se tiene un estimado del daño patrimonial causado en la administración de los fondos de PDVSA.

PDVSA como empresa fue destruida totalmente. No tiene objetivos, no hay metas, ni planes. Son ausentes las políticas, las normas y procedimientos. No dispone de un sistema para el procesamiento de datos, no hay estadísticas y nadie sabe que son los indicadores de gestión. No hay contabilidad, ni estados financieros; no rinden cuentas. No hay organización, no hay contraloría. No hay equipos de computación, ni redes, y en muchos casos no hay mobiliario ni archivos, ni servicios básicos. Solo hay chatarra y edificios desmantelados.

De acuerdo con la constitución vigente, las riquezas del subsuelo pertenecen a la nación. PDVSA no es la nación, por tanto, no es poseedora de yacimientos de petróleo ni gas.

¿Se podrá rescatar a PDVSA?

De PDVSA solo queda su nombre y su registro mercantil; es un cascarón vacío.  Su denominación comercial puede ser rescatado, no como operador o productor, sino más bien como ente de apoyo de inteligencia y estudios estratégico para el nuevo gobierno, y además, como instrumento, por medio del cual, a través de una nueva legislación, llevar adelante el procedimiento de subasta de activos, donde estén y como estén.

En las condiciones actuales de PDVSA y bajo la lupa económica, es inviable proponer un abordaje para ponerla en operación nuevamente; además, esa acción va en contra corriente con la política de no intervención estatal. La propuesta de ponerla a producir nuevamente encaja mas en un sistema populista, comunista, donde prevalezcan intereses políticos sobre los económicos.

¿Cómo privatizar?

Ya que la idea es privatizar “la actividad petrolera”, y dejar a la nueva PDVSA como un organismo auxiliar del gobierno, se hace necesario modificar la constitución.

Una vez logrado eso, y creadas las nuevas leyes, es cuando las empresas privadas podrán hacer sus propias evaluaciones y diagnósticos.

Una solución efectiva y eficiente podría ser que los campos petroleros y gasíferos, así como los oleoductos y las refinerías, vuelvan a ser operadas por las mismas empresas que las operaban antes de la estatización. Habría que evaluar.

Mientras tanto, PDVSA solo quedará para deshacerse de aquellos activos asociados a la producción y refinación de gas y petróleo. Para ello deberá hacer un inventario de lo que quedó, indicando el estado de deterioro, tratar de valuar daños, y estimar un valor residual, preparar estados financieros, y determinar el monto de sus activos.

Las nuevas empresas privadas podrán adquirir aquellos activos de su interés.

¿Qué hacer con los empleados?

La respuesta a esta interrogante dependerá de la política que adopte el nuevo poder y no de criterios o variables económicas.

Observamos en el accionar del líder del cambio una intensión de integrar y unir aquello que desintegró el chavismo, es decir, de reconstruir la unidad nacional y erradicar la polarización creada por el chavismo para debilitar la unidad, para dividir la opinión pública y debilitar la base popular; por tanto se puede deducir que una política de RRHH podría ser la de mantenerlos en sus cargos, e integrarlos a la nueva gestión.

Ya en el pasado se vivió una experiencia maravillosa con la creación de la empresa estatal PEQUIVEN, la cual integró a todos los empleados provenientes del IVP, NITROVEN Y PETROPLAS, resultando en un éxito gerencial sin precedentes para una empresa del estado, conocido en el ambiente petrolero venezolano como “El milagro Pequiven”. Las empresas antecesoras tenían una gruesa carga de influencia política, la cual fue erradicada al ser administrada con los mismos criterios de las empresas privadas petroleras transnacionales recién nacionalizadas. PEQUIVEN sería integrada posteriormente al consorcio de PDVSA, como empresa subsidiaria. Esta experiencia podría resultar positiva, aún en este contexto, dado que la intención es lograr que Venezuela toda se ponga a remar en un mismo sentido: El de la recuperación del crecimiento, el desarrollo económico y social.

En otra próxima entrega haremos un ejercicio de análisis sobre los pasivos laborales, y las propiedades de PDVSA en el exterior.

Obviamente, este ejercicio no representa el pensamiento del líder del cambio. Es un ejercicio basado en observaciones para proyectar posibles escenarios, suponiendo que la premisa inicial es verdadera.


Freddy Riera

Economista venezolano en el exilio. Consultor e instructor en logística de abastecimiento y cadena de suministros. Editor de El Candil.


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